FCBCB propició el análisis sobre los significados y origen de la Wiphala
13 de octubre de 2021
En el marco de la XIV Feria Internacional del libro en Cochabamba (FILC), y en medio de la coyuntura actual, la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB) llevó adelante el conversatorio: Racismo y Símbolos indígenas en la Constitución Política del Estado, el 12 de octubre, día de la Descolonización.
La actividad contó con la participación del escritor y periodista Fernando Molina; la abogada e historiadora indianista, Minerva Coronel; el docente e investigador Yuri Torrez y como moderador, el periodista Santiago Espinosa.
Fernando Molina, quien publicó recientemente el libro: Racismo y poder en Bolivia, mencionó que los indígenas fueron apartados del voto hasta 1956; no gozaron de derecho hasta un siglo y cuarto después de crearse el país. Recordó que la educación para los indígenas se masificó a partir de 1952, que los primeros indígenas universitarios recién se titularon en los 60, que la primera mujer indígena en el Parlamento fue en los 90 (Remedios Loza).
Al inicio de su discurso, el escritor rememoró que cuando Bolivia nació como país independiente (1825), del yugo español, no tomó en cuenta la opinión de los indígenas para elegir los símbolos patrios, toda la construcción de la imagen del país se hizo sobre la exclusión de los indígenas que, además, eran mayoría y que participaron activamente en lograr esa independencia.
Dijo que los grandes intelectuales, artistas que cultivaron la cultura boliviana, también discriminaron a los indígenas, hombres como René Moreno, Alcides Arguedas, Nataniel Aguirre, pensadores que trabajaron de “cara a Europa” y de espaldas al mundo originario. “incluso cuando se estudió etnográficamente a los indígenas en el siglo XX se partió desde la suposición de su inferioridad… Los grandes personajes de la patria, de la cultura boliviana eran todos racistas… expresaban un pensamiento respecto a los indígenas como seres sin voluntad, inútiles, perezosos”, puntualizó.
Yuri Torrez, por su parte, analizó el uso de los símbolos, la existencia de un grupo juvenil cruceñista que alega que el 12 de octubre, se celebra la hispanidad, la llegada de la civilización y que, en esa lógica, se cometen atropellos contra la wiphala, como quemarla en el Plan 3000 y escribir que, ese barrio, no es masista.
Señaló que no puede ser desleal a su inteligencia y sostuvo, con firmeza, que lo ocurrido en 2019 fue un golpe de estado, posteriormente habló del maltrato a la wiphala y de la llegada del entonces líder cívico, Luis Fernando Camacho al palacio de gobierno, cuando ingresó a palacio quemado con la tricolor y la biblia.
Rememoró todas las agresiones y los ataques que sistemáticamente han sufrido los indígenas durante toda la historia nacional. “En la historia las masacres han tenido como víctimas recurrentes a los mineros, los indígenas y los campesinos. Yo no conozco una masacre que sea de otro color de piel, de otro origen, solo los mineros, campesinos e indígenas, Hay una especie de genocidio no solo físico sino simbólico, en ese contexto está la Wiphala”, enfatizó.
Torrez analizó que el uso de símbolos está ideado para profundizar la polarización, para alimentar el “estado de guerra” que no es otra cosa que la voluntad de enfrentamiento contra el otro, “…enfrentarse indios, k’aras, etc, incluso regionalmente, entonces ese concepto de ‘Estado de guerra’, de alguna forma refleja lo que sucede en nuestro país”.
A su tiempo, la historiadora, Minerva Coronel, aclaró que, en un contexto colonial, la república no es democrática, y no es solo en el caso de Bolivia sino de todos los estados latinoamericanos, dijo que “todos (países latinos) han nacido con un mal congénito que es el racismo”, manifestó que quienes hicieron las reglas de la creación de Bolivia, han sido los descendientes de los españoles, por eso no se tomó en cuenta a los indígenas. “Lo que sucede con la wiphala, es que se molestan de que pueda haber un símbolo patrio que tengan origen indígena”, aseveró.
En su ponencia Coronel explicó que para nutrir la pelea regional se están fundamentando que ellos no se sienten representados por la wiphala y cuestionó: ¿Acaso ellos representan a los indígenas de los llanos? ¿Por qué el indígena de los llanos debe estar en condiciones de mendicidad?
Continúo con su explicación remontándose a los años 70 cuando los indígenas no tenían fronteras, y habitaban en todo el continente, de esa manera es que la wiphala representa incluso una provincia argentina. Dijo que es un símbolo no una bandera y que quienes alimentan la polarización, los de la derecha, agarran el argumento de que se quiere con la wiphala reemplazar a la tricolor. “Y si así fuera bandera… los pueblos indígenas tenemos derecho de tener un símbolo que nos represente”, señaló.
Recordó que en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) dependiente de la FCBCB, resguarda dos kerus (Vasijas) de los siglos XVI y XVII, en los que se nota unos uncus (unkus), tipo vestimenta en los que está la wiphala y comentó que ella, como estudiante, consultó con uno de sus maestros sobre el origen de ese símbolo, la respuesta fue que provenía de tierras bajas. Entonces dijo que es necesario ahondar las investigaciones porque la wiphala no solo es de la parte andina y no es bandera de un partido político (Movimiento al Socialismo). “Es un símbolo que nos representa, es con lo que hemos combatido el racismo y el sistema colonial que no podemos arrancar, mientras estos temas no se introduzcan en la educación seguirá habiendo estos tipos de peleas”, concluyó.
El conversatorio giró en torno a las siguientes cuestionantes que se trasladan a la población, en general, para continuar el análisis, nutrir el conocimiento y reducir la ignorancia que propicia la violencia.
Enlace de la transmisión en vivo:
https://www.facebook.com/fundacion.cultural.BCB/videos/1028589471261670