Expo “Introspección: raíz de vida” en el MNA es un homenaje a la tarea de las parteras y al fundamental acto de la lactancia
2 de julio de 2024
Una mezcla del Pilcomayo, Camargo y los Yungas paceños lleva en sus venas Jefrin Acuña Salinas, este escultor cruceño nacido en el corazón del Parque Amboró, quien la anterior semana inauguró su exposición “Introspección: raíz de vida”, en la Sala Previa del Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB).
Se trata de 12 contundentes obras escultóricas forjadas en bronce que son parte de una colección de 30, en referencia a cuando el artista tenía 30 años. Esas 12 piezas fueron trasladas desde Santa Cruz y cuentan el inicio mismo de la vida: son inspirados en el momento del nacimiento a través de la maestría de parteras y parteros.
“Yo nací de manos de una partera y me cuentan que a la partera que me atendió le pagaron con dos gallinas”, bromea el artista, que vio de cerca la sabiduría de esta labor, ya que sus propios abuelos ejercieron este papel en sus comunidades.
La segunda reflexión que incentivó al proceso creativo que hoy podemos apreciar en el Museo fue la lactancia: “Cuando una mujer está dando de lactar, la leche hace que los pechos se pongan venosos. Esas venas parecen raíces”. Y sí que lo son, porque la leche es el elemento nutricio de la nueva vida que necesita fortalecerse para florecer.
El inicio y aprendizaje fundamental que recibió este artista arranca gracias al maestro Juan Bustillos en la capital oriental de Santa Cruz, a través de una beca para trabajar esculturas en metal. Dentro la técnica que trabaja destaca que en su taller de fundición por supuesto lo que requiere muchísima atención son los hornos, que deben calentar durante días.
Esa formación fue complementada por un diplomado brindado por la Fundación Patiño, con la cual Jefrin y muchos otros aprendieron a gestionar sus ideas, plasmarlas en proyectos culturales y finalmente aprendieron a tocar puertas para contar con apoyo institucional con el cual poner en marcha obras y exposiciones.
Fueron años en que el escultor germinó este proyecto que hoy se presenta en La Paz y de hecho ya está trabajando en su siguiente propuesta escultórica: “Piel a piel”. Y dice sentir que está cumpliendo un sueño: “El anhelo de todo artista boliviano es poder mostrarse en el Museo Nacional de Arte y yo lo estoy cumpliendo. Por ello me siento agradecido”.