El MNA invita a recorrer la Villa de París en 360 grados
05 de enero de 2022
El Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB), comparte, en sus redes sociales, la visita virtual de 360 grados a la Villa de París, producto realizado con la herramienta para edición de realidad virtual: Kuula.
El Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB), comparte, en sus redes sociales, la visita virtual de 360 grados a la Villa de París, producto realizado con la herramienta para edición de realidad virtual: Kuula.
Este recorrido permite a todos los usuarios ingresar a la Casona señorial y pasear por cada uno de los ambientes y observar los últimos retoques de su restauración; de esa manera, se podrá apreciar incluso la presencia de personal y de conservadores durante el proceso de recuperación de los elementos líticos (portada, arquería, columnas y otros) y de los sorprendentes murales originales, únicos en su género, descubiertos en las paredes de las salas principales.
El producto fue pensado y creado con el fin de convocar la atención de los visitantes internautas, tanto del interior del país como de otros países y continentes. El editor kuula posibilita al visitante vivir la experiencia sin salir de su ordenador, interactuar de manera circular y panorámica con todo el espacio disponible para su movimiento y contar con un tiempo sin límite para saciar su curiosidad.
Compartir la información, las historias generadas a partir de la construcción de la Villa de París, casona señorial que se terminó de construir en 1768 por expertos artesanos indígenas para ser la vivienda de Francisco Tadeo Diez de Medina, integrante de la clase dominante y con un fuerte poder político en esa época.
La construcción, hecha al estilo barroco andino, tiene elementos provenientes de Tiwanaku como las piedras y algunos tallados. La casona le debe su nombre al surgimiento de un negocio de telas y confecciones que se denominó: Villa de París, por esa razón se conserva hasta nuestros días.
La infraestructura, durante dos siglos, transitó por muchas intervenciones ordenadas por propietarios que pasaron por ella y que construyeron pisos, tabiques, muros que empapelaron a gusto y conveniencia personal; de ese modo, es que la casona llegó a ser lugar para el comercio de coca y otros productos, negocio de telas y sastrería fina, oficinas compartidas por notarios, abogados y actuarios, hasta un negocio de comida rápida y pollos al aceite. A consecuencia de ello, la casona sufrió profundos deterioros.
Sin embargo, desde 2014, el MNA, con fondos de la FCBCB y de la Cooperación española AECID, lleva adelante la restauración de la Villa de París en cuatro fases. Actualmente ya está habilitada para albergar obras de arte y cumplir la función más acorde con su belleza arquitectónica: la de museo de arte.